La duración del alternador dependerá del uso al que lo hayamos expuesto. Dejarnos las luces encendidas, instalar baterías de mala calidad, circular por caminos rurales que puedan anegarlo de polvo y arena e incluso exponer con frecuencia nuestro vehículo a condiciones climatológicas extremas (por calor o frío) puede acortar sensiblemente la vida útil del alternador.
En principio, la vida útil del alternador, en conjunto, está entre los 200.000 y 400.000 kilómetros, pero a lo largo de este tiempo, es probable que alguno de sus componentes deba ser reemplazado.
Vamos a analizar a qué elementos del alternador pueden deteriorarse con mayor facilidad:
Las escobillas:
Debido a que las escobillas se encuentran en continuo contacto con partes móviles del alternador, su desgaste es bastante frecuente. Si colocamos un amperímetro al alternador y observamos saltos raros, es probable que debamos reemplazarlas.
Puente rectificador:
Los diodos que lo conforman fallar con el tiempo, haciendo que no pase la energía suficiente para cubrir las necesidades eléctricas del vehículo y mantener la batería cargada. Un multímetro sobre los diodos nos puede mostrar si poseen la resistencia suficiente.
El rotor:
Cuando existan problemas con esta pieza tendremos como resultado unos niveles de tensión bajos o nulos. Podemos verificar su estado comprobando que no hay fugas ni en el colector ni en la bobina.
Regulador de voltaje:
Los hay de muy diversos tipos: mecánicos, con relé, transistorizados… pero lo más probable es que se haya quemado del uso. Para saberlo es necesario sustituirlo y ver si en ese caso el alternador sigue funcionando.